martes, 6 de octubre de 2009

Mi pequeña Ayolas

MAMI
En la agonía de la espera, enraizada se encuentra mi alma, y se escudriñe ante los temores de un eco vacio; la espesura de tu infinita belleza nubla mis opacados ojos, haciendo que mis pasos trasciendan a la torpeza extrema.

Señales místicas de un utópico viaje remontan mi escasa imaginación, Y te veo marcando mis recorridos, y guiando mis manos entre las ondulaciones y hendiduras de una desconocida extensión de anhelos y sueños.

Irrumpe el silencio los marcados y sonoros latidos de un excitado corazón que amenaza con llegar a un colapso inminente, elevando en nubes de fina espesura los vapores de lágrimas que brotan de los espejos formados en el suelo, tras unos instantes de incontenible alegría.

La briza desde el sur alivia las altas temperatura que los roses de las formas producen al encontrarse, ayudando a diluir la desenfrenada pasión que nace en el intercambio de nuestras miradas. Y te reconozco en la distancia como salvación a lo que pudo ser un cruel destino, enseñándome que nada esta escrito.

Marquemos en el libro de la vida en la página titulada como “presente” las primeras líneas con la palabra clave “amor”, y dejemos las demás en blanco y vivamos esa sola palabra, de principio a fin.

Estremeces mi verano sacudiendo el pasado y tirándolo por el balcón directo al olvido, implantando en su lugar la esperanza y promesa de eterna felicidad, la cual crece como enredaderas aferrándose a todo en extrema confianza.

Palpita punzante un renovado sentimiento, amenazando con ensanchar su dominio y vencer resistencias, y caigo definitivamente derrotado a tus pies, te amo y supiste contenerme y ganarme en batalla, te amo desde un primer segundo, y te reconocí al instante; eres yo cuando te miro de frente y me veo reflejado mirándote a ti mirándome a mi, y me confundo…Por que eres todo… Y si ti soy nada…Por que eres mi vida… Y sin ti no vivo…

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